SEB: Año 2

La red comienza a inundarse de crónicas del recién celebrado SEB y en Milkyway Channel no podía ser distinto. En esta ocasión vendrá de dos puntos de vista, el de Ray y el de Xuancar, que cada uno a su modo, explicarán la forma en que han vivido este Salón.Hoy abrimos fuego con Ray- que a buen seguro es el reportero que a más ferias ha asistido en los últimos años- y que estuvo en el SEB los tres días del fin de semana.

Son las cuatro de la mañana del lunes 10 de octubre. Estoy en el aeropuerto del Prat releyendo las notas que he tomado en mi libreta mientras espero el avión que me lleve de vuelta a casa.

Los últimos tres días han sido intensos. Me he dedicado a patearme arriba y abajo la Fira de Cornellá, intentando no perderme nada de lo que allí sucedía. Ha sido imposible.

Tras una primera edición que podríamos calificar como un pequeño chasco, este año el SEB ha recuperado por momentos un sabor ya conocido por muchos, el del viejo FICEB.

Los acontecimientos se sucedían por todos lados, los tapones humanos hacían intransitables muchos pasillos, las caras a las que poner nombre eran casi interminables y más allá de eso, la sensación que flotaba en el ambiente era que esta vez sí,  se había dado un firme paso adelante en la recuperación de un evento fundamental en nuestro país.

De todos modos, tampoco nos perdamos entre loas, que los fallos estaban ahí y el hecho de haber usado la expresión “por momentos” no ha sido en vano, ya que tampoco ha sido posible evitar los instantes de muermo y aburrimiento en los que no pasaba nada o esos otros en los que la Fira presentaba un aspecto más desangelado en cuanto a afluencia de público.

Eso por no mencionar la ausencia de varias de las compañías punteras del sector o que la marcada vocación internacional que tenía el FICEB ha quedado totalmente olvidada en esta ocasión.

Aún con todo, no me cuesta nada reconocer que un evento sobre el que mis previsiones eran bastante agoreras ha terminado por darme una grata sorpresa.

Sevilla, 15 de Octubre. Han pasado unos cuantos días  desde que escribí las líneas que encabezan este texto. Mi idea era haber redactado la crónica de un tirón en ese mismo momento, pero el cansancio hizo acto de presencia y al final debí dejar aparcado el trabajo hasta que hace un momento me dispuse a terminarlo.

Mis impresiones generales no han cambiado con el paso del tiempo. Es más, leyendo alguna que otra opinión que ya ha aparecido en otros medios, éstas no hacen sino reafirmar mi primigenia idea.

Pero ahora se me presenta la parte complicada, explicar al lector que ocurrió allí para que tal reflexión sea unánime entre los asistentes. Además, para más inri, la frescura del momento ya ha pasado y las palabras no surgen en mi teclado con la celeridad que habitualmente lo hacen cuando me dispongo a escribir uno de estos artículos.

Quizás por ello, creo que la mejor forma de comenzar sea con los recuerdos que más hondo han calado en mi cabeza y cuyas sensaciones han marcado mi opinión positiva del evento.

Así, no queda otra que decir que éste ha sido el festival de Nacho Vidal. No es novedad si decimos que Nacho arrastraba masas allá donde ponía un pie. Tampoco nadie debe sorprenderse si digo que era el rostro más reconocible del festival.

Y quizás tampoco sorprenda si digo que intentar una mínima aproximación a su persona era tarea imposible sin llevarte un buen número de empujones o pasar agobiantes apreturas.

Pero lo que de verdad quedará en el recuerdo son los dos shows que protagonizó las tardes del viernes y domingo.

El primero de ellos su anunciadísima vuelta a los escenarios, tras más de catorce años sin hacer sexo en vivo, acompañado por su pareja Franceska Jaimes (espectacular en persona, el vídeo no le hace justicia) y el segundo arrasando con un sin número de actrices en el stand de Actrices del Porno. Sin duda, los dos momentos más potentes del Salón.

A otro nivel, entre los stands presentes, precisamente era el arriba nombrado el que más llamaba la atención. Su mastodóntico tamaño y cantidad de actrices presentes hacía que fuese imposible el no compararlo con ese habitual macro stand que montaba años atrás IFG.

Punto de encuentro de cualquiera que sea algo en este negocio, por allí se sucedían una tras otra las caras conocidas, aunque sólo estuviesen de visita, caso de Roberto Valtueña, Leo Gálvez, los chicos de Cumlouder, Pablo Lapiedra o la invitada de honor del festival, la gran Silvia Saint. Pero como he dicho, el atractivo de cara a los aficionados estaba en las 20 actrices que por allí pululaban.

Encabezadas por la rotunda Esmeralda Rose se me hace imposible nombrarlas a todas, así que valga un pequeño muestreo con algunos nombres al azar: Samia Duarte, Salma de Nora, Leyla Black, Dunia Montenegro, Sandra G, Cerecita, Sara May, Yoha, etc.

Esta apabullante reunión de nombres tenía todas las papeletas para ser el foco principal de atención del salón, pero por mucho empeño que pusieron, esta distinción acabó por llevársela un pequeño stand que a priori  no contaba con grandes nombres con los que llamar la atención.

En somosmalas.com se reunieron un puñado de jovencitas alejadas de los clichés que habitualmente asociamos a las actrices del ramo y que sorprendieron a un servidor de manera harto agradable al suponer todo un soplo de aire fresco entre el “star system” nacional.

Y se ve que no fui sólo yo el impactado, porque el escenario en el que desarrollaban sus shows se encontraba permanentemente custodiado por una guardia pretoriana, armada de los más diversos cachivaches tecnológicos, que hacía imposible siquiera tomar una posición cercana a la primera fila si no se estaba allí desde primera hora de la mañana.

Por ello recomiendo anotar nombres como los de Carol Vega, Zoe Nil, Mar Durán (mi favorita) o Carolina Abril. No se sentirán defraudados, 100% asegurado.

Cerca de allí encontrábamos el stand de Conrad Son, esta vez sin porno band, el cual está muy relacionado con el proyecto de Somos Malas y del que próximamente publicaremos una jugosísima entrevista (como siempre en su caso) sobre éste y otros temas.

Por último, entre los grandes stands, cabría destacar también el de Bruno y María, los cuales se mostraron todo cercanía y amabilidad con el público y fueron los encargados de organizar los clásicos castings tan característicos del añorado FICEB o de llevar a cabo un intento de gangbang entre bambalinas.

Con esto terminan mis recuerdos más vívidos, aunque no puedo enfilar la recta final del artículo sin mencionar, aunque sea brevemente, los shows increíblemente sexis protagonizados por Jordanne Kali, la presencia de las atractivísimas Silvia Rubí e Irina Vega en el stand de Cam4,  la simpatía de Erica Fontes y José Ríos o la orgía que montaron el último día en el escenario de Que Sexy Producciones.

Ahora, ya sí, puedo cerrar esta crónica, en la que como siempre me he ido por las ramas en muchos momentos y que no sé si servirá para que los que no tuvisteis la suerte de estar presentes hayáis podido haceros a la idea de lo que allí ocurrió.

Como ya dije en el ahora lejano inicio del artículo, servidor ha recuperado algo de la fe perdida en estos eventos. Y aunque siga aburriéndome como una ostra en muchas ocasiones y teniendo que recurrir a la simpatía de Samia o Leo para echar unas risas, no puedo menos que reconocer que esta vez sí que ha merecido la pena el desplazamiento a Barcelona.

Esperemos vernos allí el año próximo.

Bye.

J.M. Ray