Publicidad XXX

Hace unos días, en los comentarios de un artículo recientemente publicado, un lector hacía mención a que el futuro del porno se encontraba en la publicidad. Una afirmación bastante arriesgada, vista la extraña relación que mantienen ambas actividades.

Es por eso que he decidido abordar este tema desde varias perspectivas, para que pueda comprenderse que aunque porno y publicidad puedan parecer  una combinación ganadora, la cosa no es tan sencilla como a primera vista sugería este lector.

Si bien la publicidad no duda en recurrir al sexo, incluso de formas claramente provocadoras, el porno sigue siendo tabú.

La razón principal es que las marcas comerciales siguen temiendo que asociar su nombre a esta actividad pueda causar un rechazo frontal por parte de un sector de la población que considera la pornografía como algo aberrante, que atenta contra la dignidad de la persona, y toda esa retahíla de desgracias con que algunos colectivos la relacionan.

Pero que el porno, un producto ampliamente consumido, tiene conexiones e implicaciones de índole publicitaria está fuera de toda duda. Hay infinidad de campañas que no tienen reparo en recurrir a manifestaciones sexuales como reclamo. Y si lo hacen es porque, indudablemente, el sexo vende.

Ahora bien, mientras que la publicidad coquetea con el sexo o incluso con el porno  a través de sus iconos-recuérdese la campaña de las patatas fritas protagonizada por Rocco Siffredi- a la inversa la relación es prácticamente inexistente.

Bien es cierto que poco interés puede encontrar una marca comercial en publicitarse en un gonzo de tercera categoría, pero, ¿Que hay de las features de alto presupuesto?

Una modalidad que el cine convencional utiliza con frecuencia para financiarse es el product placement. ¿En qué consiste el product placement? En que los protagonistas interactúan con algún producto cuya marca comercial resulta totalmente visible, o simplemente, este producto aparece en el entorno en que se desarrolla la acción.

En las películas de porno argumental suelen sucederse largas escenas de diálogo, en las que los personajes tendrían opción de manejar objetos o consumir productos cuya marca fuese fácilmente reconocible. Precisamente por el hecho de que es una práctica nunca utilizada en el porno, su impacto sería muy destacable.

A priori podría pensarse que resulta en una magnífica oportunidad para recaudar unos miles de euros extra con los que desahogar el presupuesto, pero la realidad es que hasta ahora, ninguna compañía ha conseguido convencer a cualquier marca comercial de las bondades de este sistema.

Quizás porque todo lo relacionado con el porno está sujeto a prejuicios y clichés, quizás porque nadie confía demasiado en que esa parte de la película vaya a evitar ser presa fácil del fast forward o simplemente, como afirma Dennis Burkas " por la simple razón de que las películas para adultos están basadas en el sexo, y no en el entorno"

Dennis Burkas es el presidente de Attitude Advertising Agency, una agencia de publicidad radicada en Londres que se diferencia de todas las demás en que no tiene reparos en trabajar para el mundo adulto creando campañas "ad hoc".

De hecho, no es de extrañar puesto que Dennis tuvo su propia compañía hasta hace unos años y realizó bastantes películas como director bajo el nombre de Dennis Black Magic, por lo que conoce en profundidad ambos mundos, el de la publicidad y el del cine para adultos, "Esa es nuestra gran fortaleza" -declara Dennis- "Podemos crear las mejores campañas, carátulas y diseños para las compañías del sector de forma que puedan abrírseles nuevas y mejores oportunidades de distribución"

Y es que a decir verdad, las compañías, a excepción de algún gigante americano, poco se han preocupado de cuidar la imagen de sus productos ni de comunicar con eficacia. El marketing y la publicidad tienen un largo camino por delante hasta demostrar a las empresas la utilidad de este tipo de inversiones.

En este sentido, Dennis lo tiene claro, no se trata tanto de que la publicidad no tenga en consideración este sector, sino que son las empresas quienes "no usan los servicios y las posibilidades que brinda una agencia de publicidad. Muchas marcas comerciales conocidas, como Puma o Diesel están utilizando imagenes de tipo sexual para conseguir un mayor feedback"

Así pues, la relación entre porno y publicidad, dos mundos que tradicionalmente han vivido de espaldas, puede comenzar una época dorada si las compañías toman conciencia de la importancia de este apartado. En Estados Unidos ya funcionan agencias de relaciones Públicas, lo que significa un primer paso en este sentido.

Pero del comunicado de prensa a una campaña integral de comunicación, todavía parece que hay un largo trecho. Veremos a ver cuanto tiempo tardan las empresas del mundo adulto en recorrerlo.

Xuancar