Perreando con el dogging

Cuando en las pelis porno vemos que una chica se la chupa a un total desconocido que pasaba por allí, tendemos a pensar que eso nunca pasa en la vida real. Pero no es cierto, sí que ocurre y con más frecuencia de lo que puedas pensar.

Con el buen tiempo y los calores, a más de uno le da la fiebre en plena naturaleza, y no se  espera a llegar a casa para dar rienda suelta a sus instintos. El sexo en plena naturaleza tiene algo especial, tanto que si no lo has probado nunca deberías hacerlo porque te estás perdiendo una experiencia diferente.

Pero no es necesario que el tiempo acompañe. Hay verdaderos adictos a esto del sexo en lugares al aire libre y entre estos cabe destacar a los practicantes del "dogging". Que aunque pueda parecerlo, no significa "perreando", sino que su palabra equivalente en castellano es "cancaneo"

Es probable que a estas alturas ya hayas escuchado esta expresión, pero si no sabes en qué consiste, probablemente te sorprenderás de lo extendida que está esta práctica.

El dogging consiste básicamente en mantener relaciones sexuales en lugares públicos, principalmente lugares apartados o en la naturaleza, en las que pueden existir espectadores que intervengan o no.

Se trata de toda una cultura con sus propios códigos, en los que los "invitados"- cualquier persona que acuda a una quedada establecida por internet en foros especializados- respetan siempre los deseos de las parejas que promueven el encuentro.

Ellos son los que marcan el nivel de implicación de los espectadores, manteniéndolos como simples "voyeurs" que observan como la pareja folla -habitualmente dentro de un coche- o dándoles pié mediante una serie de señales, para que puedan acercarse y tocar...o incluso llegar a más.

Esas señales son normalmente luminosas, y dan vía libre a los mirones para que puedan tomar parte de una forma más activa. Una vez en las proximidades del vehículo, las ventanas bajadas o las puertas abiertas son otras convenciones que indican la predisposición de los protagonistas a compartir el juego con los espectadores.

Ese juego tiene el límite que cada uno quiera poner. Unas veces se limitan a simples tocamientos, pero otras se llega al sexo oral o incluso la penetración.

Sin duda se trata de una experiencia que no es para todos. Ni todo el mundo está dispuesto a compartir a su pareja ni todos encuentran placer en ello. Pero es indudable que si esta práctica tiene tantos adeptos es porque hay muchos más de los que pensamos que sí encuentran excitante este tipo de encuentros.

El dogging nació en el Reino Unido, y es allí donde se encuentra más implantado. Pero hay lugares y playas españolas en las que se practica con regularidad. Chicos,chicas y mujeres que desean comer pollas sin mayor complicación, y que acuden a estos lugares para dar rienda suelta a sus deseos.

¿Te parece de ciencia ficción? Pues en absoluto lo es. Basta con que te introduzcas en algún grupo y te informes de las quedadas o de los lugares de reunión más frecuentes.

Cualquiera puede acudir y comprobar que son reales, y que no hay que ser Brad Pitt para tomar parte en ellas. A fin de cuentas tú eres allí sólo una polla que vaciar y nadie va a esperar más de tí.

Curiosamente, siendo esta una práctica en la que se aúnan factores como el morbo y la naturaleza, que tan bien pueden encajar en el porno, las manifestaciones de dogging reflejadas en el género son mínimas.

Sí que existen filmaciones y fotografías amateurs, realizadas principalmente por los propios organizadores de la quedada, pero en pocas webs o películas podemos encontrar referencias al dogging.

¿Quizás porque es una práctica que ha tratado siempre de mantenerse en secreto? Resulta dificil de decir. Pero en una sociedad en la que las parejas liberales todavía son miradas con cierto recelo por la mayoría, resulta comprensible que casi nadie quiera reconocer haber participado en este tipo de "reuniones".

¿Y tú que opinas del dogging? ¿Participarías en un encuentro de estos? ¿Lo has hecho alguna vez?