De Pepito a Don José

Hace algo más de un año y medio, recibía un correo agradeciéndome la publicación de una reseña en esta web. Se trataba de José Ríos, un chico de 23 años, desconocido en este mundillo y con muchísimas ilusiones por poder continuar con esta aventura recién iniciada.

Su primer trabajo, Superpepito, estaba realizado con escasos medios, pero me llamó la atención que su autor hiciese de esa debilidad una fortaleza, al plantear la película en clave satírica y de humor. No obstante, algunos de los planos que ví en el trailer me hacían intuír que quien estaba detrás sabía muy bien lo que hacía.

Pero era sólo una intuición. No tenía más datos que esa primera impresión de un trabajo menor. Sin embargo, la siguiente vez que su autor se puso manos a la obra, ya se encargó de demostrar que podía abordar proyectos de mayor enjundia.

Después de ver el trailer de "The fuck and the furius", ya no me cabía ninguna duda de que aquel chico iba a pegar fuerte. Y mucho menos cuando, tras comenzar a tener contacto telefónico, me puso al día de los irrisorios presupuestos con los que había realizado aquel producto de tan magnífica factura.

Resulta que Pepito, que es como me acostumbré a llamarlo, no sólo era capaz de ponerse delante de la cámara, dar la talla, y además dirigir de forma magnífica, sino que encima era un crack de la producción capaz de grabar películas que parecían de alto presupuesto con apenas 6000 euros.

Convencido ya  de que aquel chaval de look camaleónico, con una notable vena gamberra, que cantaba rap y se había metido en el porno por lo mucho que le gustan las mujeres, era todo un talento, nuestras comunicaciones se hicieron algo más frecuentes.

En el curso de una de nuestras charlas, le sugerí hacer una peli de espías. "El rollo de las pelis de 007 da mucho juego para una porno, y seguro que tú harías un peliculon". Incluso le animé a viajar a otros países y grabar en localizaciones exóticas al estilo de las pelis del género en el cine.

Pepito tomó buena nota y al finalizar el proyecto en que estaba embarcado, Predatrix, se puso manos a la obra. Por entonces ya tenía un mayor respaldo económico, el de Paradise Films, pero aún así no se volvió loco y en lugar de irse a grabar a Brasil, recreó aquellos paisajes de forma admirable en la costa alicantina.

Ahora, rebautizado como Bobby Perú, Pepito regresa de Berlín y lo hace con su Goldenass elegida como mejor película, peleando nada menos que contra rivales como Marc Dorcel y Digital Playground.

Y yo, me siento casi tan contento como sus autores por ese premio, aunque sólo sea por haber estado presente en la gestación y parto de ese proyecto en el que Pepito, incluso se ofreció a darme un pequeño papel.

El y su equipo han demostrado sobradamente estar a la altura de los mejores y  desde un principio apostaron por hacer las cosas como realmente deben hacerse: con enormes dósis de ilusión.

Creo que Pepito tiene ya poco más que demostrar. En mi opinión ahora  son otros quienes deberían mover ficha, los productores españoles- incluso los de internet- que tienen ante sus narices un todoterreno de veintipocos años con ganas de seguir haciendo grandes cosas.

Un talento que se ha ganado  el derecho de desterrar definitivamente lo de Pepito para empezar a  ser llamado Don José. Que es lo menos que se merece.

Xuancar

Best featuring movie in Venus Berlin 2011 - 007 Goldenass from Bobby Perú on Vimeo.