Borrachas (y un poco putas)

Putas hay en todas partes. Borrachas también. Seguro que recuerdas alguna chica del instituto que se había pasado por la piedra a la mitad de los compañeros de clase (normalmente los que recordamos esto mejor somos los que nos quedamos en la otra mitad). O esa chavala del pueblo en el que veraneabas que se bebía hasta el agua de los floreros y terminaba dándose el filete con uno distinto cada noche.

Siempre, en todas y cada una de las partes de la geografía mundial, hay chavalas que no pueden resistirse a una polla y las buscan como aire para respirar. Cuando uno tiene la suerte de dar con un espécimen de estos la verdad es que la diversión está asegurada.

Cansados como estamos la mayoría de los hombres de mojigatas y ñoñas, encontrarnos con una tía que adora tragársela, que se corran en su cara o que se la metan por el culo, es una bendición. Pero desgraciadamente, no siempre tenemos a mano a una de estas divinas criaturas (al menos no sin que haya pago de por medio). Así que hay que poner el ingenio a funcionar.

Muchas veces tenemos que ayudarles a que descubran su verdadera vocación de felatrices, y un poquito de alcohol ayuda.La vieja táctica de emborrachar a las chicas más ligeritas de cascos sigue mostrándose tan eficaz como siempre. Ya sabes, si se te resisten, prueba a montar una fiesta donde corran rios de alcohol y seguro que allanarás el camino hacia su entrepierna.

Buscando borrachas

Estamos de acuerdo en que resulta bastante rastrero y miserable, pero a grandes males, grandes remedios. Hace meses que no la metes en caliente y hay que tomar medidas drásticas. Nada mejor que buscar chicas con las defensas bajas. Por propia experiencia sabes que el alcohol te hace verlas a todas guapas (aunque sean cardos), así que con ellas debe funcionar igual.

Las fiestas universitarias y las discotecas suelen ser el habitat natural de las borrachas. Son legendarias las historias acerca de las guiris en Benidorm, sobre todo porque este espécimen de mujer no sale con otro objetivo que agarrarse una cebolla considerable. Por lo tanto son víctimas potenciales de tu nabo.

Infórmate bien de donde están los garitos donde más se descontrola y plántate alli ipso facto. Quizá no tengas tanta suerte como los checos, que desfasan en orgías de sexo y música en algunas discotecas de Praga, pero tampoco es necesario que te las folles sobre la barra. El asiento trasero del coche sigue sirviendo para un apaño.

Si en tu ciudad hay Universidad, habrá chavalas con ganas de fiesta. De todos es sabido que estos son lugares de perversión disfrazados de respetables centros académicos. Pero si muchos padres supieran a donde envían a sus niñas, más de una estaría haciendo oposiciones a barrendera.

Lamentablemente, ni borrachas, las universitarias españolas llegan al nivel de las americanas en lo que a zorrerío se refiere.

Las universidades estadounidenses, con el rollo este de las hermandades y todas esas vainas que vemos en las pelis, son una fuente inagotable de mujeres que una vez han consumido alcohol se transforman en verdaderas putas profesionales.

Tanto es así que incluso algunas productoras porno como Shane´s World han recorrido el país grabando en campus universitarios los festivales que allí se celebran, y algunas webs –como Collegefuckfest.com- se han especializado en surtir de alcohol esas reuniones para provocar el despiporre.

Claro, en pleno subidon etílico esas chicas firman lo que sea, y al día siguiente vienen los madresmías cuando todas tus amigas de tu pueblo natal, esa pequeña villa cerca de Cleveland (Ohio) ven en Internet como se la comías a los 3 bases del equipo de baloncesto.

Pero si hay una profesión que puede sacar partido de este binomio borracha/puta es la de stripper.  Esos cabrones si que tienen suerte, puesto que su público es, en un 99%, mujeres con ganas de divertirse y una considerable ingesta de alcohol en el cuerpo.

Basta con preguntar a cualquier boy que lleve cierto tiempo en la profesión para que te cuente mil y una batallitas de despedidas de soltera en las que la más borracha, puta o combinación de ambas cosas, terminó abalanzándose sobre su polla para engullirla sin contemplaciones incluso delante de sus amigas.

Pero si en el fondo sois buena gente y os da un poco de palo aprovecharos de unas pobres chicas indefensas, hay algo que debeis saber. Esto de emborracharlas da juego, pero en ambas vías.

Nosotros podemos pillar cacho, si, pero la puta-puta, esa que lo lleva en la sangre aunque de cara a la sociedad sea una respetable ama de casa, estudiante, etc, tiene carta blanca para sacar esa otra cara, porque sabe que tendrá la disculpa del alcohol o de que, como dijo tan acertadamente Dinio García, resumiendo magistralmente el saber popular:“ Es que la noche me confunde…”

Así que fuera remordimientos. Salid a buscar borrachas y dadme las gracias si esta noche os hacen una limpieza de bajos.