Band of Bastards

Tras un tiempo alejado de los grandes proyectos (su último largo, “La Vedova della Camorra”, databa de 2.007), recluyéndose en las producciones orientadas a internet, Mario Salieri retoma su línea clásica de trabajo con el título que hoy os presentamos, el primero de una serie de cuatro.

Con el telón de fondo de la segunda guerra mundial, Salieri retoma algunos de sus temas favoritos como el abuso de poder o la corrupción, buscando dotar a la película de ese tono erótico oscuro y perverso que tanto ha caracterizado sus trabajos.

Pero pese a estos lugares comunes, lo que quizás resulte más sorprendente para el espectador, es que uno de los máximos representantes del virtuosismo técnico en el porno haya abandonado el estilo visual que lo encumbró.

En “Band of Bastards” se han dejado a un lado la importancia de la fotografía o los encuadres estudiados al milímetro y se ha optado por una crudeza que dote a la escena de mayor verismo, usando la cámara en mano y el sonido directo, aunque siempre sin llegar a los extremos del gonzo.

Por otra parte, a diferencia de otros trabajos de Salieri en los que las escenas se sucedían a un ritmo vertiginoso, aquí son sólo tres los números sexuales, en los que además del mencionado cambio de estilo, destaca una duración más larga de la habitual.

Pese a esto último, la película no llega a perder ritmo en ningún momento y las diversas escenas se encuentran engarzadas con el desarrollo de la trama perfectamente.

Así, en la primera de ellas una joven campesina rusa (Nataly Von) es entregada como regalo a un veterano gerifalte nazi (Richard Beigh), siendo posteriormente esta misma chica también participe de la siguiente escena de sexo al protagonizar un trío junto a dos oficiales nazis encarnados por Nikky Thorne y Steve Holmes.

Pero si hay que destacar un encuentro sexual en este film, ese es el último de ellos, el cual tiene como protagonistas a una madre y su hija (la española Michelle Blanch y la rusa Mandy Dee respectivamente) y a un viejo general alemán (Will Haley) y su ayudante (Denis Marti).

No es que se trate de una gran escena, pero por la sola presencia de Mandy Dee, realmente atractiva en pantalla, ya merece ser destacada.

Como punto llamativo cabría destacar el cast de dos actores como Richard Beigh o Will Haley, los cuales cuentan con una edad que los hacen estar más cerca del asilo, sobre todo en el caso del segundo, que protagonizando de forma activa una escena de sexo en pantalla.

No me extrañaría que muchos espectadores puedan ver como su libido se va por los suelos ante la presencia de semejantes abuelos degustando a tan lozanas señoritas.

Con todo ello, cabe comprender que esta modernización en el estilo de Salieri hace de esta película un producto arriesgado, que podría haberse quedado a medio camino de todo y que no convenciese ni a seguidores ni a detractores. Nada más lejos de la realidad.

Por una parte Salieri vuelve a demostrar una vez más que comprende como pocos el funcionamiento de los resortes que activan el morbo en pantalla, algo que no puede sorprender a nadie,  pero lo más importante es que el napolitano sale más que bien parado de ese triple tirabuzón que supone el cambio en la factura visual del film con respecto a sus anteriores trabajos.

Vistos hoy día, muchos de sus clásicos más famosos han envejecido mal. El paso del tiempo, y la consecuente venida de nuevas formas narrativas, no ha sido benévolo con Salieri, cuyo estilo pertenece a una época que ya ha sido superada.

El seguir aferrado al pasado no podía suponer sino la muerte fílmica del director. En cambio, esta adopción de un tono más documentalista, o gonzo si así se prefiere, supone una bocanada de aire fresco que no hace sino actualizar por completo a Salieri.

Te gustará si: te ponen los abusos de poder.

No te gustará si: la gerontofilia te tira de espaldas.

Bye.

J.M. Ray

Band of Bastards

Distribuida por: Mario Salieri

Año:2011

Director:Mario Salieri

Cast:http://www.bandofbastards.net/cast.html

Calificación: 85/100