Actores porno y TV

En un país en el que nadie ve porno, nadie descarga música ilegalmente y el heavy metal no vende ni llena estadios, no importa si a todas luces una o varias personas están realizando un montaje.

De hecho si es mentira mejor que mejor, más programas en los que serán vapuleados por supuestos periodistas y contertulios de tres al cuarto, prestándose a mentir, prostituyendo su vida y pisoteando su dignidad con tal de ganar dinero e incluso la posibilidad de acabar siendo colaboradores en alguna de estas defecaciones catódicas.

Todo esto viene a cuento porqué en el último año hemos asistido atónitos a varios culebrones rosas con que nos deleitan las televisiones españolas.

El que los actores porno asistan a programas de la prensa rosa no es algo nuevo. Antes iban a hablar solo de su vida, pero eso sí, siempre respondiendo a las mismas preguntas. A saber:

•    ¿Cuánto te mide?
•    ¿Los actores porno usáis Viagra?
•    ¿Tienes novio/a?
•    ¿Se puede mantener una relación siendo actor/actriz porno?
•    ¿Cuánto se puede ganar por escena?
•    ¿Qué pensó tu familia cuando se enteraron?
•    ¿Ellos han visto alguna de tus películas?
•    ¿Qué les dirás a tus hijos cuando sean mayores?
•    ¿Qué opinas de la afirmación de que porno es igual a prostitución?
•    ¿Los actores porno os drogáis?

Y si el protagonista se llama Nacho Vidal añadiríamos entonces:
•    ¿Es verdad que no te cabe dentro de un vaso de cubata?

Y así una y otra vez, una y otra vez. Ramón Nomar,  Nacho Vidal o Max Cortés, nos hicieron perder el tiempo con el mismo tipo de entrevistas.

Claro, que siendo sinceros… ¿a qué otro tipo de programas podrían asistir? A “Días de Cine” como que no, y “Todos a 100” ya forma parte del recuerdo. Les quedaban otro tipo de programas… los temibles late night.

Y entonces pasábamos del tono más o menos serio de la prensa rosa al cachondeito de “Buenafuente” & Co, en los cuales, además de responder a lo mismo, sus entrevistas acababan siendo interrumpidas con la intervención (supuestamente) simpática del actor de turno del programa.

Pero dentro del coñazo supino que representaba ver esto, no dejaba de ser un espectáculo inocente, cortado bajo el mismo patrón.

Hoy en día, en cambio, todos entran al trapo en esta basura televisiva rajando del que tienen al lado o ideando lamentables montajes. Pero claro, ya no tenemos a gente que más o menos puede dar la talla en TV, no.

Ahora resulta que “La Noria”, “DEC” o “Sálvame” nos traen a las supuestas estrellas del porno patrio, como  Dinio & Mary The Stone, un tal Toni Rex que solo lo conocían en su casa a la hora de comer, Lucia Lapiedra, Ramiro Lapiedra, etc…Estrellitas, estrellados e infelices que se agarran a un clavo ardiendo.

Eso sí, luego se vanaglorian todos de ayudar a normalizar el porno y acercarlo a la gente. ¡Y UNA PUTA MIERDA!

De los primeros decir que no ayudaban a normalizar nada, ya que simplemente, al asistir a programas cortados con el mismo rasero, no podían defender ni dignificar el género. Pero al menos, y aunque ya sabían a lo que iban, tampoco era culpa suya el que las cadenas hicieran ese tipo de programas.

Pero hoy en día, en la época de los cutres, no solo no normalizan ni dignifican el X nacional, sino que además, transformándose en protagonistas de peleas, montajes y falsos embarazos, han herido de muerte a la industria porno (que todo sea dicho, pese a que a los veteranos de guerra recordemos con romanticismo, jamás fue de una calidad como para echar cohetes).

Y claro, si la gente asocia el porno español a Tony Rex (¿alguien puede mencionar el nombre de una película suya?), María Lapiedra (sin comentarios), Torbe, Dinio García o Carmen de Mairena, poco o nulo interés tendrán en ver producciones de gente con clase como Natalia Zeta, Sandra G, Max Cortés o Roberto Valtueña, por poner un ejemplo.

Personajuchos que en la mayoría de los casos ni siquiera saben hablar delante de una cámara (que alguien levante la mano si es capaz de entender algo a los hermanos García) son los que nos representan hoy en día, y que digan lo que digan van a por el vil metal.

Y para finalizar, algo de lo que no tienen culpa estos ilustres (o no) invitados: los conocimientos enciclopédicos y absolutamente veraces sobre porno de los que hacen gala presentadores, periodistas y guionistas. Más o menos como los que tenemos el común de los mortales respecto a la morfología de los habitantes de Ganimedes y Ratikulin. O sea cero patatero.

Así que yo lo tengo muy claro: si invitan a un actor porno a la TV nacional, os animo a que cambiéis de canal o como yo, vayáis a visitar blogs para intentar desarrollar algún tipo de teoría plausible sobre qué carajo pasó realmente en la isla de “Lost”.

Bye Bye XXX.

Albert Sanz